Leyendo el primer ensayo de Unsettling Obligations: Essays on Reason, Reality and the Ethics of Belief, de nada menos que Allen W. Wood—héroe de este blog—he oído por primera vez de William Kingdon Clifford, matemático y filósofo inglés de muerte prematura (cuando tenía 33 años), y mayormente conocido al ser citado por William James en su famoso ensayo «La voluntad de creer».
Wood opina, no obstante, que la presentación de Clifford por James está distorsionada (cosa que no me consta, por supuesto, pero no me sorprendería en lo absoluto de ser cierta), y busca una interpretación más actual y fidedigna de su pensamiento, así como de su más conocido principio, tema central de este artículo, y que dice así:
Está mal —siempre, en cualquier lugar y para cualquiera— el creer algo con insuficiente evidencia[1].
Puede parecer irreal pensar que podemos justificar epistemológicamente todas nuestras creencias, a tal punto de estar absolutamente seguros de cada una de ellas, pues como sostienen los pragmatistas, las creencias se sostienen unas a otras, cosa que no tenemos que negar en lo absoluto si queremos insistir en la aplicación del principio, pero tomado como un principio moral.
Y es que tomado de esa forma, el principio apunta más a la forma en que adoptamos las creencias, que a su contenido.
Adelantándose a las críticas que sostendrían que no tenemos control voluntario sobre la forma en que nos hacemos de nuestras creencias, Wood señala que:
No hay duda de que estos procesos [de formar nuestras creencias] usualmente se dan mediante el hábito y no nos encontramos al tanto de los mismos. Pero esto no muestra que no podamos estar mucho más al tanto (y en control racional) de estos procesos de lo que estamos ahora. Es precisamente la idea central [thrust] del principio de Clifford señalar que tenemos un deber moral de volvernos conscientes de la forma con la cual formamos nuestras creencias, y de asegurarnos que estén formadas con la respectiva consideración de la evidencia y no por deseos, miedos u otros factores que llevan a creencias epistemológicamente injustificadas[2].
Pensar las consecuencias de lo que esto implica es una tarea monumental, y espero continuar el tema ya con algunos artículos más de aplicación en el futuro próximo.
[1] La traducción es mía, del original: «It is wrong always, everywhere and for anyone to believe anything on insufficient evidence».
[2] Allen W. Wood, Unsettling Obligations: Essays on Reason, Reality and the Ethics of Belief (Stanford: CSLI Publications, 2002). La traducción es mía, y corresponde a las páginas 8 y 9.