Mes: agosto 2011

VII Simposio de Estudiantes de Filosofía (PUCP 2011)

Comparto el afiche del VII Simposio de Estudiantes de Filosofía, del cual tendré el agrado de particpar (al igual que en los tres años anteriores), y que contiene la información relevante.

En unos días, cuando se confirme la fecha y hora, estaré publicando la sumilla de mi ponencia con dicha información.

Enlazo, además, las sumillas y ponencias de mis últimas dos participaciones.

2010: sumilla y ponencia.

2009: sumilla y ponencia.

El liberalismo político y la regulación de los medios de comunicación (o sobre una de las consecuencias más audaces del primer principio de justicia de John Rawls)

Fue en la pasada campaña electoral donde —entre muchas otras cosas, es cierto— surgió el —aparentemente controversial— tema en torno a una posible regulación de los medios de comunicación, como fue propuesto en el —ya infame— plan de gobierno de Gana Perú, (in)oportunamente llamado «La Gran Transformación».

Para una discusión inteligente sobre lo que dice realmente el plan de gobierno, lean Los medios según Gana Perú: ¿control o apertura?, del blog Lugares Comunes.

En los últimos días (semanas) ha estado bastante presente el actual conflicto entre el carismático presidente de Ecuador, Rafael Correa, y la prensa de su país, e inclusive del nuestro, donde el mandatario ecuatoriano incluso respondió tildando de ‘perro’ —muy oportunamente, si me preguntan— al muy humano Aldo Mariátegui (me gustaría decir subhumano, pero nuestra especie Homo sapiens no se merece semejante consideración).

Existe cierto consenso, casi dogmático en la prensa, como no debería sorprender, acerca de un supuesto carácter intocable de los medios de comunicación, así como un rechazo a priori a cualquier propuesta de regularlos, donde aparece siempre de forma imprescindible el adjetivo ‘chavista’.

Por otro lado, tenemos una especie de malestar mundial —por decir poco— en países considerados ‘democráticos’ (España, Inglaterra, Estados Unidos, etc.) que parece trascender causas concretas —como la crisis económica— y apuntar a la política misma.

Pasemos ahora a la parte central de esta entrada, a exponer un problema característico de las democracias modernas, tal como es reconocido por John Rawls. De lo que se trata es de asegurar el valor equitativo de las libertades políticas que han de ser las mismas para todos los ciudadanos en una democracia. Rawls lo plantea de la siguiente manera:

[…] ¿cómo debemos enfrentar la objeción familiar, comúnmente esbozada por demócratas radicales y socialistas (y por Marx), según la cual las libertades iguales en un estado democrático moderno son en la práctica meramente formales? Aunque pueda parecer, continúa la objeción, que los derechos y libertades básicos de los ciudadanos son efectivamente iguales—todos tiene derecho a votar, a postular a un cargo político así como a participar de algún partido, etc.—las desigualdades sociales y económicas en la instituciones base son ordinariamente tan grandes que aquellos con mayor riqueza y mejor posición social usualmente controlan la vida política y promulgan leyes y políticas sociales que responden a sus intereses. (Rawls 2001: 148)

El liberalismo político de John Rawls pretende resolver este problema garantizando en su primer y más importante principio de justicia el acceso equitativo a las libertades políticas, de tal forma que todos los ciudadanos tengan «una oportunidad justa para acceder a cargos públicos y de afectar el resultado de  elecciones» (2001: 149).

Sobre cómo sea esto posible, Rawls esboza algunas posibilidades:

[reformas tales] como el financiamiento público de la elecciones y restricciones a las contribuciones de campaña; la garantía de un acceso más equitativo a los medios de comunicación públicos; y ciertas regulaciones a la libertad de expresión y de la prensa (mas no restricciones que afecten el contenido del discurso). (Rawls 2001: 149)

De lo que se trata es de sacar la inmensa influencia del poder económico de la política, titánica labor, sin duda, sin la cual, no obstante, cualquier democracia se verá socavada y lo será únicamente en apariencia. Ésta no es más que una forma plausible de explicar el malestar ya mencionado, y cuya solución tendría que ir de la mano de la también mencionada regulación de los medios.

No voy a entrar en detalle acerca de si la propuesta de Gana Perú es la mejor opción; pero no puede caber duda de que el tema tiene que ser discutido sin caer en una posición dogmática. Rawls no niega que vaya a darse un conflicto con otras libertades básicas, por lo que se tendrán que realizar ajustes, que «no pueden ser rechazados simplemente porque infrinjan en la libertad de expresión y de la prensa», pues «estas libertades no son más absolutas que las libertades políticas cuyo acceso igualitario se ha de garantizar» (2001: 149-150).

No creo que nadie esté pensando en tildar a John Rawls de ‘chavista’ —aunque no sería del todo inaudito teniendo en cuenta el nivel de periodistas que tenemos— pero no está de más aclarar que estas medidas no sólo tendrían como objetivo «permitir a los legisladores y partidos políticos ser independientes de grandes concentraciones de poder privado tanto económico como social» sino también del «control gubernamental y poder burocrático en un régimen liberal socialista» (Rawls 2001: 150).

Intentar remediar un extremo no significa necesariamente tener que pasar al otro. Término medio, le llaman.


Bibliografía:

RAWLS, John

Justice as Fairness: A restatement. Cambridge: Harvard University Press, 2001. Las imperfectas traducciones son mías.

The Mindscape of Alan Moore

Cumplo con difundir el excelente documental The Mindscape of Alan Moore, sobre la vida y pensamiento del famoso escritor de comics y autodenominado ‘mago’.

Aquí lo tienen, con subtítulos en inglés.

La primera mitad consiste básicamente en una narración del mismo Alan Moore, autor de Watchmen y Marvelman (que pueden descargar en este blog), sobre su propia vida.

Ya en la segunda mitad nos encontramos con la exposición de sus ideas más interesantes desde un punto de vista filosófico. Por ejemplo, su posición acerca de la conciencia, y cómo ésta jamás podrá ser explicada en términos meramente físicos. En especial, me llamó la atención su concepto de idea space, que define del siguiente modo:

A kind of space in which mental events can be said to occur. An idea space which is perhaps univeral. Our individual consciousnesses have access to this vast universal space. Just as we have individual houses, but the street outside the front door belongs to everybody. It’s almost as if ideas are pre-existing forms within this space.

Moore se adscribe a una tradición claramente dualista, presente en la historia del pensamiento tanto de Occidente como de Oriente, entre cuyos otros exponentes contemporáneos podríamos mencionar a Erwin Schrödinger y Alan Watts.

Para otras entradas similares, ver: Marvelman #16 (o por qué no ser irracionales) y La utopía de Alan Moore.