Libertad y autonomía

Encontré una concisa reflexión sobre la relación entre la libertad y la autonomía en la filosofía de Kant, nada menos que en un libro de Allen W. Wood—héroe de este blog— sobre Hegel, que he podido consultar de forma virtual.

Pondré una imperfecta traducción, que pertenece al comienzo del capítulo 2.3 de la obra mencionada (que se llama Hegel’s Ethical Thought, por cierto):

La «libertad absoluta» hegeliana obviamente significa algo como la «autonomía» kantiana. Se refiere a una forma de actuar en la cual nuestra voluntad es determinada por sí sola, y no es en absoluto determinada por influencias ajenas. Para Kant, actuamos de forma autónoma sólo cuando nuestra voluntad es determinada únicamente por la razón pura o el respeto a la ley moral. Justo por esta razón, Kant no piensa que la libertad y la autonomía son exactamente lo mismo. Más bien, la libertad está relacionada a la autonomía como la potencia al acto. Kant define la «libertad» como «aquella propiedad de la causalidad [de la voluntad] por la cual puede ser efectiva independientemente de causas externas» (G 446/64, énfasis agregado), o de nuevo como «el poder (Vermögen) de la razón pura de ser por sí misma práctica» (TL 123-124/10). Para Kant, somos libres cuando tenemos la capacidad de ser autónomos, ya sea si ejerzamos nuestra libertad al actuar de forma autónoma o no. Así Kant preserva la idea de que la libertad consiste en posibilidades y capacidades por sobre una forma particular de ejercitarlas o actualizarlas.

Es interesante notar que la libertad del albedrío, entonces, no es buena por sí misma, sino que lo es únicamente cuando obedece el mandato de la ley moral.

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